Algo de uso muy común y que (pienso) caerá en desuso en los próximos años es la tarjeta personal. Ese pequeño papelito que tiene nuestro nombre y datos de contacto. Pero… ¿De dónde salieron? ¿A quién se le ocurrió inventarlas?
Originalmente, estas tarjetas eran utilizadas por la aristocracia europea para anticipar la visita de su dueño a alguna casa o pueblo. La carta de visita (como se llamaba) era entregada por sus criados a los criados de la casa que los recibiría. Era muy similar a una carta de póker e incluía ornamentos o detalles muy refinados así como también el escudo de la casa.
Posteriormente se comenzaron a utilizar como tarjetas comerciales y funcionaban un poco como publicidad. Solían incluir un mapa de como llegar a contactar al dueño personalmente.
Se generó una distinción entre tarjetas comerciales y personales. Las primeras eran para relaciones estrictamente laborales mientras que las personales se entregaban en eventos sociales, en donde entregar una tarjeta comercial no era bien visto.
Aquí, algunos ejemplos de tarjetas de visita y comerciales que ya poseían una dimensión similar a las actuales.
Ya acercándonos a nuestros tiempos, la tarjeta se convirtió en el medio por excelencia de presentación profesional. De hecho, son el soporte de un sin fin de creatividad con el fin de sobresalir a la gran cantidad de tarjetas que una persona de negocios puede llegar a recibir. Estas tarjetas incluyen el nombre, compañía y los datos de contacto que posea su dueño.
Les dejamos algunas en donde se puede apreciar el diseño y creatividad aplicado sobre diferentes materiales.
Pero aún no esta todo dicho. Este instrumento de presentación formal continuará evolucionando. Con la masificación de los smartphones el panorama es prometedor.
Fuente La historia de las tarjetas personales
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