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Cuenta la historia que en un típico día de camino a su agencia en Nueva York, David Ogilvy se encontró con una persona sin hogar que pedía ayuda a través de un cartón alrededor de su cuello. El letrero decía: “Soy ciego” y, por desgracia su lata de donaciones estaba completamente vacía.

David se detuvo y tras pensar unos minutos decidió alterar sutilmente la actitud de la oración. Así es que tomó el cartón y escribió: “Es primavera y yo soy ciego”. Luego pasó nuevamente el cartón alrededor del cuello del mendigo y siguió a su camino al trabajo.

Más tarde, regresar a casa, David volvió por el mismo camino y al cruzarse al mendigo comprobó que su lata estaba llena de monedas y notas.

Esta historia ha servido de inspiración a estudiantes y nos demuestra el poder de las palabras en acción.

El siguiente video realizado por la agencia Purple Feather Glasgow recrea la historia que acabamos de leer.

Un proyecto de Complot Escuela de Creativos de Barcelona realizó un proyecto llamado Dreaming the same basado en esta historia. El proyecto invitaba a intervenir carteles de mendigos en la calle con el fin de volverlos visibles a la sociedad.

Fuente Hacer el bien con la publicidad

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