(escribe Federico García @topfiverecords desde New York)
Semana de Cannes. Día Jueves. Miro por la ventana. No. No veo el mar turquesa de la Costa Azul. Miro el edificio de enfrente, en construcción, que hace un ruido ridículo que me perfora el cerebro. Hace 365 días exactos, teniendo en cuenta el cambio de horario y todo, estaba sentado en algún bar de la Croisette tomando algunas cervezas, picando unas papitas, todo pagado por la agencia. Recordar eso mientras el sonido de los martillos eléctricos te perforan el cerebro, duele. No sólo en los tímpanos. En el alma. A veces pienso que es mejor no haber ido.
A veces es mejor no saber lo que te estás perdiendo. A la distancia, vivo Cannes de la única manera que puedo. Vía Facebook. Llevar dos décadas trabajando en publicidad hace que tu timeline esté poblado de amigos, colegas y ex-colegas que te recuerdan minuto a minuto que vos no estás allá. Que estás acá. Y que ellos sí están allá. Y que la están pasando de primera. También te recuerdan que están ganando muchísimos leones con una idea sola, más de los que vos ganaste toda tu carrera. También te van a mandar fotos de los leones. Rodeados de botellas de rosé. Sí, Facebook puede ser bastante cruel a veces. La plataforma social por excelencia de la autopromoción, se puede tornar terrible cuando está copada por publicitarios haciendo autopromoción. Nadie mejor que ellos para venderse a ellos mismos. Perdón, nosotros mismos.
Pero mientras todo tu timeline te recuerda que hay gente que gana más premios que vos, que trabaja con mejores cuentas que vos, que maneja presupuestos más grandes que vos, que tiene mejores portfolios que vos, que tiene mejores puestos que vos, que duerme en mejores hoteles que vos, que come y toma mejor que vos, y que gana muchísima más plata que vos, hay algo que queda. Y es el laburo. Digan lo que quieran: que en Cannes es todo tongo, que los avisos que salvan al mundo sólo le salvan la carrera a un par de creativos, que son todos truchos, que los casos son todos mentira. Puede ser. Hay algo de razón en todo eso, no nos vamos a hacer los pelotudos a esta altura del partido. Pero más que los premios, la guita, el glamour y emborracharte en el Gutter Bar con guita de la agencia, lo que más me da envidia es el laburo.
Y no de la mala, de la buena. Veo laburos finalistas que me parecen tremendos. Que tienen un trabajo enorme detrás. Titulares que tienen muchísimas horas de trabajo. Artes cuidados hasta el último detalle. Actings dirigidos hasta el más mínimo gesto. Y me entusiasma. Me dan ganas de seguir haciendo mi trabajo. De ponerle más horas, de ponerle más huevos, de ponerle más ganas, más amor. Porque claramente los trabajos que ganan tienen muchísimo de eso. De trabajar cada punto y cada coma, cada palabra y cada frase. De probar mil tipografías en mil tamaños y posiciones distintas. De cropear una foto una y cien veces. Eso, está al alcance de todos. Eso son horas. Y horas, tenemos todos las mismas: 24, todos los días. TetasxTetas de David Buenos Aires, es un gran ejemplo. Como le escuché a Nacho Ferioli decir en alguna entrevista desde Cannes: son tres planos, una modelo y un gordo con tetas. Y sí, nada más que eso. Y nada menos. La idea no está en la producción. La idea está en todo lo que se transpiró para encontrarla. Y lo digo con cierto conocimiento de causa porque he tenido la suerte de trabajar con Gastón Bigio, y me consta lo constante e interminable que es la búsqueda de ideas. No es casualidad que el año pasado hayan ganado trece Leones, y que en este vayan por más. Esa gente sí que la transpira buscando ideas. Hasta el cansancio. Hasta el dolor. Así consiguen resultados. El año pasado me lo crucé a Anselmo en el Palais y después de felicitarlo por Proud Whopper, me dijo ‘Fede, estoy preocupado, no tenemos nada para el año que viene’. Preocupado, un tipo que ganó más de 120 leones. Por favor, alguien haga la cuenta de cuanto ganaron hasta hoy Jueves, porque yo ya la perdí. ¿Sabés cuál es la conclusión que saco? Que ellos tienen más ganas de ganar que nadie. Y no hablo de ganar en Cannes, porque los premios pueden ser injustos a veces. TetasxTetas ya había ganado cuando salió la campaña y dio la vuelta al mundo. Cannes simplemente confirma un resultado que ya estaba puesto de antemano.
¿Vos cuántas ganas tenés de ganar? Porque para ganar, hay que tener ganas. Muchas ganas. Más ganas que el resto. Hay que tener ganas de vivir en la agencia, de romperte el culo, de sentarte en una silla y exprimirte el cerebro hasta que te duela (más de lo que me duele ahora a mí después de 4 horas ininterrumpidas de martillo eléctrico). Hay que sentarse y laburar. Laburar fuerte. Encontrar una buena idea, y superarla. Encontrar una gran idea y superarla. Encontrar una idea ganadora y superarla. Así, hasta encontrar la mejor idea que alguna vez tuviste en tu vida. Y superarla. Creo que si por un momento dejamos todo lo superfluo tiene Cannes de lado, lo que queda es el laburo. Me pregunto cuantos guiones escribe Adam&Eve DDB hasta encontrar Man on the Moon o Tiny Dancer. Cuántos guiones Droga5 escribió para Phelps. ¿Cuántos escribiste vos para tu última campaña?
Darse una vuelta por el Palais mirando las exhibiciones da bronca. De la buena. De la que te hace sentir que vos podrías haber estado ahí pero no estás . Bronca de sentir que no te rompiste el orto lo suficiente. Que no le pusiste las horas suficientes. Que no la transpiraste lo suficiente. Ojalá que esa bronca se transforme en ganas. Ganas de ganar. Ganas de romperte el culo en este nuevo año que comienza el sábado en el segundo exacto en que termina la última ceremonia. Porque desde ese preciso momento hasta que arranque el próximo Cannes, todos contamos con las mismas armas: 24 horas, 365 días.
(Te recomiendo ver la nota que Alicia Vidal le hizo el último Cannes a Fede García para su sitio Sitemarca)