Netflix está cambiando su forma de estrenar películas, llevándolas a la pantalla grande antes de sumarlas a su catálogo de streaming. En el pasado, el servicio había estado dispuesto a estrenar películas en el cine, pero se negaba a asegurar a los cines una ventana de estrenos, por lo que pocos cines estaban interesados; lo que afectaba la posibilidad de los cineastas trabajando con Netflix para ser nominados a premiaciones (como se vió por ejemplo en el Festival de Cannes, que bloqueó las películas de Netflix de la competencia).
Es una decisión que puede venir influida por los premios que ha ganado Amazon con sus estrenos exclusivos en el cine para luego compartir la película en su servicio. Los mejores ejemplos son los Oscar de Manchester by the Sea y The Salesman, y los hits indie Beautiful Boy y el remake de Suspiria. Es posible que Beast of No Nation, Okja o The Meyerowitz Stories hubieran ganado más premios en caso de haber tenido un esquema similar, en vez de ser estrenadas directamente en Netflix.
Este año, sin embargo, parece el mejor año para Netflix a la hora de presentar candidatos al Oscar: Roma, de Alfonso Cuarón (ganador del Oscar a Mejor Director por Gravity), promete ser una de las mejores películas del año, y una que vale la pena ver en la gran pantalla.
De forma que Roma, The Ballad of Buster Scruggs (dirigida por los hermanos Coen) y Bird Box (de Susanne Bier con Sandra Bullock como protagonista) tendrán estrenos cinematográficos exclusivos en mercados selectos algunas semanas antes de su estreno en el servicio. Roma, por ejemplo, se estrenará en Nueva York, los Ángeles y México el 21 de noviembre, con estrenos extra el 29 de noviembre, antes de su liberación en la plataforma el 14 de diciembre.
No es la misma cantidad de tiempo que los estrenos regulares de las grandes productoras, pero es un gran avance para una compañía que hace apenas dos meses aseguraba que un estreno en el cine se sentía “desconectado de su público”.