El uso generalizado de la tecnología de reconocimiento facial en todas las áreas de la vida en China ha generado elogios por su conveniencia y críticas en torno a preocupaciones de privacidad. La adopción masiva también ha impulsado el crecimiento exponencial en la valoración de empresas especializadas en este campo, como los gigantes de la IA SenseTime y Megvii.
Ahora, la industria se enfrenta a posibles cambios significativos a medida que Beijing intensifica los esfuerzos para establecer límites más definidos para el uso de la tecnología. Esta iniciativa se basa en la implementación de regulaciones tecnológicas importantes que se han implementado en los últimos años, dirigidas a la ciberseguridad, seguridad de datos y protección de la privacidad.
El martes, la Administración del Ciberespacio de China (CAC), el principal organismo de control de Internet del país, presentó una serie de medidas propuestas destinadas a regular la aplicación del reconocimiento facial. La tecnología se ha utilizado ampliamente tanto en el sector público como en el privado, desde escaneos faciales utilizados para autenticar pagos en supermercados hasta procedimientos de verificación de identidad en las puertas de embarque de aeropuertos, una práctica cada vez más común no solo en China, sino también en los Estados Unidos.
Los críticos han planteado preocupaciones sobre la privacidad y el sesgo en el uso del reconocimiento facial. Se quejan de que algunos complejos residenciales han convertido los escaneos faciales en la única forma de acceder a los edificios. También existen preocupaciones sobre la precisión e imparcialidad de los algoritmos, especialmente en el reconocimiento de las caras de las minorías, lo que podría llevar a la injusta persecución de ciertos grupos.
Las medidas propuestas parecen brindar a las personas más derechos para optar por no participar en el reconocimiento facial en circunstancias específicas, pero vienen con limitaciones.
La utilización del reconocimiento facial debe limitarse a “propósitos específicos y necesidad total”, requiriendo aprobación individual o consentimiento por escrito, según las medidas propuestas.
Las reglas hacen hincapié en la necesidad de señalización clara en áreas públicas donde se emplea el reconocimiento facial. Lugares como hoteles, aeropuertos y museos tienen prohibido coaccionar a las personas para que acepten escaneos faciales por razones como “operaciones comerciales” o “mejoras en el servicio”. Además, el reconocimiento facial no debe ser el único medio de acceso a un edificio.
En cuanto a la recolección de datos biométricos faciales de personas menores de 14 años, se debe obtener el consentimiento de sus padres o tutores legales.
Las medidas propuestas, si se aplican de manera efectiva, tienen el potencial de mejorar la seguridad en una industria que hasta ahora ha estado relativamente poco regulada y reducir el riesgo de manejo inadecuado de datos. China ha experimentado varios importantes fallos de seguridad de datos biométricos en los últimos años, comprometiendo la información sensible de millones de personas.
El país también ha sido criticado por desplegar sistemas de reconocimiento facial para identificar etnias de las personas, especialmente en el caso de los uigures; pero eso no cambiará con las nuevas normas. Según las medidas propuestas, cualquier organización o individuo debe abstenerse de utilizar la tecnología de reconocimiento facial para crear perfiles basados en raza, grupo étnico, religión, salud, clase social u otra información sensible, a menos que se considere necesario por razones de seguridad nacional y seguridad pública.