No es ninguna noticia que los videojuegos y las pantallas generan una gran adicción en los jóvenes, especialmente niños. Por eso, desde agosto del año pasado China tomó medidas legales sobre el asunto y prohibió que los niños pasen más de tres horas conectados a una pantalla digital a la semana.
La drástica medida de “no videojuegos” por más de tres horas semanales surgió debido al aumento repentino de niños con miopía, baja concentración, desórdenes en el sueño y problemas en la salud mental.
Luego de un año y tres meses, el Comité del Grupo de la Industria del Juego de China llegó a la conclusión de finalmente reducir las restricciones dadas por parte de los funcionarios chinos acerca de los videojuegos.
El estudio demuestra que los jóvenes ya no dependen física ni mentalmente de las pantallas como era antes y que, con ayuda de los padres, se podrá extender la exposición a las pantallas de manera responsable.
¿Un ejemplo a imitar por el mundo occidental?