No dejo de sorprenderme al ver que en las mesas familiares los chicos suelen rechazar sistemáticamente los palmitos.
En casa cuando era chico abrir una lata de palmitos era motivo de fiesta. Era caro, importado… tenía todos los atributos de una comida especial. Ahora los chicos los ignoran, no quieren ni probarlos. La verdad es que no son tan ricos tampoco, diría que sin salsa golf, apenas zafan. Pero eran cotizados!! Supongo que debe pasar algo parecido con el caviar… no debe haber chico que sepa qué es y coincidiremos en que es lo más parecido a beber agua de mar. En los ’80 se montaban sobre las figuras de hielo de las fiestas “posta” y duraba muy poco… hoy ni se me ocurre pensar quién lo come.
Quizá dentro de 20 años, cuando los chicos de hoy sean grandes, se quieran agasajar a ellos y a sus hijos con sushi. Ellos los mirarán con cara de asco: ¿pescado crudo van a comer? ¡¡¡Ni loco!! Y los futuros adultos pensarán que esos nuevos chicos no entienden nada de las comidas buenas, mientras esperan ansiosos su postre de maracuyá, otra fruta moderna destinada a ser destronada dentro de algunas décadas.
Me voy a comer mis palmitos. De postre hay kiwi.
“Palmitos: el fin de una era” apareció primero en Interactivity