Hacer uso de los intereses, amores y afectos para conquistar la preferencia de los clientes no es nuevo. Pero la verdadera naturaleza del marketing emocional no la obliga a hablar de emociones, de emociones podemos hablar todos, sino que la obliga a conmover. Hacen falta experiencias que creen un lazo con la marca y que aporten un valor añadido y diferencial. Es que las empresas no deben olvidar que detrás de un consumidor hay individuos que necesitan ser parte de una comunidad en la que puedan sentirse identificados, aquellas compañías que lo comprenden, saben que apelar a las emociones genera beneficios a largo plazo.
En este caso, sin un gran presupuesto ni una enorme producción, KLM y Schiphol lanzaron una acción conjunta para darle una sorpresa a sus pasajeros. Aprovechando una situación tan normal en los aeropuertos como lo son las despedidas, lograron que los familiares o amigos pudiesen despedirse de quiénes viajaban de una manera espontánea, escribiendo o dibujando un mensaje personal en el reposacabeza de cada asiento. Y es que a veces las mejores acciones, son las más sencillas.
Fuente de ¿Cómo las marcas generan vínculos a largo plazo con sus consumidores apelando a las emociones?