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Según Flurry Analytics (de Yahoo!), en el cierre de 2014, el 86% de los accesos a contenidos desde el celulares se hicieron desde aplicaciones móviles. Esta tendencia creciente (el dato era del 80% el año pasado), indica que casi todo lo que ocurre en los celulares se hace desde apps.

Así, los juegos, Facebook, Whatsapp y el consumo de noticias se llevan buena parte de los consumos en celulares, que en promedio hacen convivir 100 aplicaciones por smartphone.

Todo esto hace que cada vez más gente (y en consecuencia, también las marcas) busque las aplicaciones como medio para conectarse a lo que está pasando en la web.

Este es todo un desafío para los marketineros, que muchas veces creen que la gente está esperando recibir noticias sobre las marcas. Nada más falso: los usuarios están tratando de vivir sus vidas, de conectarse con otras personas, de escuchar música, enterarse de lo que pasa, buscar pareja… algo que no está tan cerca de los productos, a menos que éstos se esfuercen por generar un valor agregado que haga que los consumidores aprieten el famoso botón de “instalar”, y que conserven la app en sus celulares, cosa que es más que compleja, en un contexto en el que los usuarios borran el 80% de las aplicaciones que descargan.

El desafío primordial pasa porque la marca entienda qué es lo que le está aportando al usuario: un servicio, entretenimiento, contenido novedoso y, en definitiva, compartible.

Aquí hay que tener en cuenta que debemos lograr propuestas diferenciadoras. En un contexto de alta competencia, tiempo escaso y espacio limitado, lo complejo es transformar una aplicación común con una “killer app”.

¿Cómo se empieza?

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